Thursday, December 27, 2007

Planes de año nuevo


Ya se acerca el nuevo año, parece que hay que hacer planes.
A mí cada vez que hablo de planes me viene a la mente la imagen del azar y lo veo tirado en el suelo desternillado de risa,
consciente de que será él quien dirá la última palabra, así que no puedo más que limitarme a
seguir respirando,
a seguir escribiendo aunque no te enteres,
a seguir sentándome en las esquinas de cualquier cosa, me gustan las esquinas, a seguir hablando sola hasta las once de la mañana,
y después descorrer las cortinas,
a seguir creciendo, hacia arriba, no sé ya si evolucionando, a seguir llorando a moco tendido cuando me de la gana; a seguir fiel a todo, sin dar golpes bajos porque hasta para disentir hay que tener estatura,
pero sin dar explicaciones,
a seguir comprimiendo los minutos para seguir siendo tierra;
a seguir regodeándome en mi amargura y tragándomela con cerveza,
para escabullirme del abrazo que ya no puedo dar,
hasta ese momento mismo en que no estoy ni viva ni muerta,
sino clínicamente inútil.
A seguir queriendo ser tu amiga más que cualquier cosa, a seguir prefiriendo el Luigi Bosca blanco a pesar de los polifenoles del tinto,
a seguir besándote las plantas de los pies,
a seguir queriendo que destiendas mi parte de la cama,
a seguir ordeñando la noche,
a seguir siendo todas las mujeres que quiero,
lo mismo la atleta de la palabra, que esa puta con papeles en que nos convertimos todas cuando tenemos carrera, y marido.
A seguir teniendo siempre otra alternativa, morirme o viceversa,
a seguir sin sentido de la urgencia,
a seguir llevando conmigo mis piedras a donde vaya,
a seguir mis instintos,
a seguir el rastro de mis memorias amarillentas
hasta llegar a mi
epitafio.

Monday, December 17, 2007

Por qué no te callas?

No suelo hablar de politica y no pienso hacerlo, pero este post tiene su raíz en una enconada obsesión que hay aquí en la ciudad fantasma con ciertas figuras politicas que atormentan las vidas de sus habitantes en un entorno que para su misma supervivencia, nos tiende la mar de trampas. Y como ya dije no quiero hablar de nada ni de nadie en particular, porque aprendi que la historia está llena de espinas, que hasta el sol tiene manchas y que esas manchas duelen a la altura del primer botón del saco.

Lo que quiero decir es que no suelo caer, salvo con gente con la que llevo mucho camino recorrido en esos temas que solo sirven para empañar los cristales del espejo retrovisor, porque hay ciertas cosas que no me hacen falta para calibrar la calidad humana de una persona, y menos si esa persona se empeña en afirmar que lo que me está diciendo es la verdad.

En el terreno de la politica no tenemos verdades robustas, a decir verdad en casi nada en este mundo tenemos verdades robustas, no somos portadores de ninguna certeza, en todo caso tenemos versiones o aproximaciones más o menos detalladas de la realidad pero que siempre, ineludiblemente están viciadas, adornadas con ribetes rosados que enmascaran la parte que no interesa a quien ha decidido empuñar una postura. Estoy hablando de lo que en ciertas ciencias se llama "la verdad selectiva", que es simplemente aquella verdad que decidimos contar, porque hasta el silencio tiene dos caras, y siempre hay cosas que omitimos o que minimizamos porque elegimos lo que cierra para defender un punto de vista, y luego nosotros, los escuchas, terminamos abanderando una idea sin realmente cerciorarnos de escuchar las dos campanas.


Yo siempre dejo una puerta abierta a que lo que me hayan dicho, esté contaminado con la efervescencia de un momento y de un lugar por más inocente que parezca. La verdad es a veces una ilusión óptica porque vemos con miedo, con optimismo, con pesadumbre o con entusiasmo una realidad basados en una fuente viciada o parcializada, y por lo tanto turbada en su entendimiento. No me dejo seducir con versiones atropelladas de algo que no viví yo. Las cosas no son tan simples, la mentira, ya se sabe, tiene patas cortas pero la verdad tiene mangas largas, porque es hija de un arquitecto cuyas neuronas salieron a desayunar con el viento en contra. Por eso a mi el Derecho me sirve para tantas cosas, el testigo es más creíble mientras menos interés tenga en el proceso, y cada vez hay menos partes interesadas en este mundo, asi que, lamento decirlo pero estamos fritos.

Monday, December 10, 2007

Argumentos

Algo tienen en común los locos, los borrachos, los enanos y los policías. Aparentemente son especies diferentes, los locos carecen de la capacidad de controlar sus actos y de dirigir su conducta, son inimputables ante la ley y pueden hacer lo que quieran porque no entran en razones. Los borrachos están temporalmente disminuídos de la posibilidad de entender lo que pasa y de medir las consecuencias de su conducta, y esta discapacidad actúa como circunstancia atenuante si cometen un delito. Los policías se han sometido voluntariamente a un proceso de descapacitación, que les anula la capacidad de discernir entre el bien y el mal y los habilita para dejarse llevar por sus deformados instintos, con el fin de evitar el caos.

Es por ello que les tengo tanto miedo, a los tres, porque aunque tengo una visión artistica de las cosas, en la vida real mi mente sigue un orden lineal, en las situaciones más comunes y mundanas aplico un enfoque científico a mi comportamiento, o por lo menos el sentido común, y me derrotan, no puedo ganar frente a quien no aplica una lógica, una linea de razonamiento en la que una cosa conlleve a la otra.

Ni los locos, ni los borrachos y mucho menos los policías escuchan un argumento, y yo cuando no puedo hablar no es que me quede sin armas, me quedo sin campo de batalla, entonces lo único que puede pasar es que me coma el león. No sé que tienen que ver los enanos con todo esto pero también les tengo miedo, que quieres que te diga?

Wednesday, November 28, 2007

Todo es aparente


La Habana tiene sus horas felices y yo me he quedado despierta para esperarlas, para aquilatar ese momento oportuno, ese que ahora mismo está entrando por mi ventana. Mi madre duerme en la otra pieza y yo me he enterado que ha llovido por el sonido que hacen los autos sobre el pavimento húmedo de la madrugada. Eso tiene La Habana, lo sabes todo sentada en la mesa de la cocina, sin necesidad de asomarte a la ventana. La Habana es una guerra que perdiste sin echarla. Después de humillarte con un extenuante día, de aplastarte como una cucaracha, de desbordarte con sus pestilencias, con los golpes bajos de una Habana desesperada, de una Habana revuelta, envuelta en el bullicio inquietante, en una madeja intolerante de circunstancias, La Habana, esta poderosa e imprescindible Habana te regala una lluvia, una quietud que renueva, un reposo que ilumina, que te habla de sus mieles y riquezas, de un entorno que te invita a explorar un territorio más allá de los contornos, de los perfiles de una Habana que de día te devora, te trata como una idiota, te despoja de tus brillos, te somete, te atrapa en una sátira, y de noche te susurra al oído su silencio, te mira de reojo, te engatusa, te complica, te enajena, o se hace la loca y te esquiva, pero siempre te regresa una ciudad imperturbable, soberbia, sin miedos, una ciudad con sombrilla y corbata, y bastón, y por supuesto, un clavel en la solapa, donde el fuego arde, las luces lloran, el agua grita y todo sigue igual, pero tu crees que ha cambiado la vida.

Sunday, November 4, 2007

Conjuro


He comprado una casa, y han ocurrido cosas medio patéticas en el proceso. Más allá de bancos y firmas y compañías de seguro entre otras diligencias, me he enfrentado a la reacción de mis semejantes.

Una amiga que iba conmigo camino a la casa me preguntaba, … y tiene garage doble? A lo que contesté: No, no tiene, solo tiene garage para un auto, tendremos que guardar uno adentro y dejar el otro afuera en el car posh que es grande. Ah!!! Dijo ella, y para que no quedara muy decepcionada le dije antes de llegar que la casa era de una sola planta, pero muy bonita, muy amplia y con mucha luz.

Otra amiga me preguntaba la ublicación y cuando se la di le pareció un poco lejos, y tampoco le parecía conveniente que tuviéramos que pagar una cuota mensual para el mantenimiento de las áreas comunes, porque entonces no era bien independiente.

Ya hacía yo pucheros cuando algo me alumbró. Estamos acostumbrados a ponernos metas, por esa maldita costumbre de sobresalir para ser notorios, que no es lo mismo que ser notables. Y en esa búsqueda de la diferencia, terminamos desfilando por la misma pasarela, engalanándonos con toda suerte de medallas y chiringos que nos hacen mas iguales que únicos o particulares.

En ese orden de cosas pareceria ser que no se trata de vivir sino de tirar la casa por la ventana. Pero como dice una amiga citando a Serrat, cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere. Por eso yo estoy feliz en mi casa, que no tiene garage doble y es de una sola planta, y rezo por vivir en paz y armonia en ella, la cual comencé a vivir la noche de brujas, lo que sirvió para que la primera persona en tocar la puerta fuera una niña pidiendo caramelos, será alguna premonición de algo?

Yo, que soy la hija de la suerte según otra bruja pero no exactamente de Halloween, y también porque acabo de cumplir años, decreto que voy a ser feliz en esta casa, invoco a todos los seres místicos implicados en mis destinos, con palomas mensajeras, señales de humo y toques de tambor, y prometo desde ahora que haré yoga, yin yang, ejercicios de inhalación, esgrimiré un váculo en el aire, haré un ritual de consagración, daré cuatro saltos mágicos y bailaré desnuda para atraer la paz, la salud, la ciencia, la conciencia, el progreso, el desenvolvimiento, y un hijo, y advierto que no hay un orden de prioridades, todo tiene el mismo nivel de importancia, y también pido que todo el mundo, y OLOFI sabe quién es todo el mundo, me siga acompañando para que yo siga con el mismo iré de hasta ahora, lo que implica la felicidad de mis seres mas queridos, de mi familia y amigos. Maferefun las siete potencias africanas.


Y me uno al conjuro de Dana, a quien le deseo lo mejor en su próximo paso.

Monday, October 22, 2007

La Vida Privada de las Palabras (fragmento)

Mucho antes de decidirme a escribir profesionalmente, y esto solo es una manera de decir, porque profesionalmente implica recibir una retribución que compense las horas de esfuerzo, las noches de insomnio, la dedicación a una tarea que como dice Garcia Marquez, “...al fin y al cabo, si bien se mira, no sirve para nada”, ya tenía por costumbre leer entrevistas de escritores. Nunca he sabido por qué, pero necesitaba tener algún acercamiento a la persona física, al carácter, a la persona congruente en que se convierten los escritores solo por los escasos instantes en que dura una entrevista. Tenía que identificarme con alguno de sus gestos, con algún acontecimiento de su pasado, con algún pensamiento, para decidir después ir a su obra.

Y esto me sucedía con todos, era mi manera de saber a qué pasillo dirigirme más tarde en la librería. De lo contario me sentía perdida en esa madeja de titulos y reseñas que al guiarme por ellos, muchas veces me decepcionaban. Ya sé que no es justo el método, porque no hay nada más estresante ni más descolocante para un escritor que una entrevista, que por lo general ocurre en dias en que se encuentran muy poco iluminados frente al crítico que, con el diente afilado, se empeña en extraer las respuestas más brillantes para los grandes problemas que azotan al universo, o como mínimo a la literatura.
Así hablan de giros linguísticos, de programas estéticos, de modelos narratológicos, de generaciones o de guiños intertextuales, dejando al escritor prácticamente mudo en un terreno que solo les compete a ellos. Por qué no hablamos de mi escritura?, suele decir la mayoría. Sin embargo siempre encontraba una respuesta, más bien relacionada con el proceso creativo, que me atrapaba y decidía ir a ver entonces como funcionaba ese concepto, ese amuleto, ese hábito, ese ritual, ese levantarse un ocho de enero y empezar a escribir una carta rodeada de palos de incienso.

Hace poco leí de un escritor ecuatoriano, Leonardo Valencia, que a eso de los quince años leyó por primera vez La Metamorfosis de Kafka, y como no podía creer el final y no sabia qué hacer con él, en las páginas en blanco que hay casi siempre al final de todos los libros, escribió otro final, y ahí, inmediatamente surgió el escritor.

Un escritor español, que acaba de ganar el Premio Planeta 2007, Juan José Millás, dice que tiene por costumbre, antes de empezar a escribir iluminarse con otras lecturas, entre ellas echa mano de unas historias clínicas que colecciona y que conserva en su mesa de trabajo. Así suele apoderarse de las propiedades del paciente sobre el que está leyendo y muchas veces se queda con los síntomas. Una vez leyó una que terminaba en fallecimiento y se quedó como dos días recorriendo la casa como él imagina que caminaría un difunto. Cuando su mujer le preguntó qué le pasaba, le dijo: “Es que estoy haciéndome el muerto.”

Ese mundo privado de los escritores, esos actos disparadores, esos arrebatos, nos ocurren a todos de modo muy singular. Sus confesiones solo confirman que escribimos para no volvernos locos. “Siempre digo que para mí la escritura es un ejecicio de sobrevivencia. Es lo que me salva a veces de la locura, a veces de la depresión, a veces del suicidio”, dijo Isabel Allende. A mí particularmente, la realidad suele dejarme con ciertas obsesiones que cuando las cuento son literatura. Escribo justamente para entender lo que está pasando, muchas veces me pasa que escribo las cosas, y entonces, después de escribirlas, es que me entero de ellas.

Para otros la escritura es la única forma de existir que conocen, Vargas Llosa. Y es cierto, cuando hablamos, cuando caminamos, cuando tomamos café, no estamos haciendo tales cosas, estamos escribiendo. Y es que dicen que escribir se trata de eso, de mirar con asombro la vida.
Escribir tanto como leer, son en cierta forma, actos de voyeurismo que revelan a ese voyeurista que todos llevamos dentro, porque en definitivas, se trata de espiar hasta en el inconsciente de nosotros mismos, o del escritor que leemos, quien en ese momento está llevando a cabo un acto profundamente íntimo, está desentrañando los recovecos de su memoria, hurgando como un espéculo en las cicatrices del alma, y sintiendo el mismo placer o más que se siente cuando se hace el amor. Estamos escudriñando por entresijos, dejándonos llevar a ciegas de la mano de alguien que no conocemos y dirijiéndonos a un lugar inesperado, con ese privilegio de mirar por la rendija, de asomarnos por entretelones.
Es por ello, que el mejor escritor es el que juega el juego limpio, el que escribe sin hipocresía y revela todo lo que ve, hasta los más inoportunos fluídos vaginales. Pero escribir es también y sobretodo un acto de soberbia que nos libera de esos egos y tribulaciones que nos empeñamos en domesticar escribiendo, y lo hacemos muchas veces tan magistralmente que en vez de tirarlos a la basura decidimos exhibirlos con impunidad acompañándolos de un discurso torpe, porque nos manejamos mejor por escrito, y hacemos creer a todos que vamos a espaldas de la fama y del aplauso, ausentes de toda gloria.

Friday, October 12, 2007

Las reglas del buen vestir


Hace unos meses estaba en mi casa de La Habana esperando a una amiga para salir, Luanda. Me llamó cuando salía, para avisarme que ya estaba en camino y me dispuse a esperar. Acostumbrada a la espera pasa un tiempo prudencial y yo sigo esperando un tanto preocupada, pero con esa elasticidad con la que uno se preocupa en Cuba, donde no hay peligro de muerte, ni de asaltos ni de secuestros, pero donde todo es un desafío. Como ella no tiene auto lo mismo podia demorar diez minutos que medio día en llegar, o llegar lo mismo en taxi que en una carreta tirada por caballos. El caso es que de pronto entra una llamada y la escucho apelando a mis funciones de abogada. Estaba detenida en una estación de la policía y ni siquiera sabía bajo qué cargos.

El policía que la detuvo, había seguido instrucciones de otro que veía por una cámara a todo el que transitaba por esa calle, y éste había ordenado que la detuvieran.

Policía: Buenas tardes ciudadana, identifíquese por favor, dijo el policía haciendo el saludo militar-. Mi amiga se extrañó mucho pero reaccionó de la mejor manera posible.

-Buenas tardes dijo, y comenzó a meter la mano en la cartera buscando su carnet de identidad. -Deje ver si ando con el carné..., dijo contrariada. ... Ah! Aquí está, tenga., y se lo estira en un gesto de resignación, pero poniendo cara de nada.

El policía comienza a ver, leer, -nunca sé lo que hacen los policías con los documentos-, el documento. Inmediatamente se aleja un poco de mi amiga y llama por la radio. Mi amiga escucha que dice: -Aquí tengo a la ciudadana.

Luanda: Pasa algo agente?

Policía: Quédese tranquila, es rutina. Y sigue tratando de comunicarse por la radio.

Acostumbrada a la espera, al papeleo, a que estos policías de Carraguao o Sibanicú, que apenas saben leer y escribir, cuyo uniforme es la primera ropa decente que se ponen en su vida, entrenados para tratar con lagartijas, aprendan a descifrar los nombres habaneros y luego a pronunciarlos; Luanda hace un gesto de resignación y se dispone a esperar las diligencias que este tenga que hacer. Total, ella no tenía nada que ocultar ni había incurrido en ninguna falta, más allá de un poco de café clandestino que se había tomado por la mañana.
Luego de esperar unos minutos, se acerca al policía.

Luanda: Está todo bien agente? Puedo seguir mi camino?
Policía: No, todavía no. Y sigue tratando de comunicarse por la radio.

Luanda: Peeeeeroo...., si no puedo seguir mi camino entonces estoy detenida, y si estoy detenida debe explicarme lo que está pasando.

Policía: Usted está bajo investigación, dice el policía y sigue tratando de comunicarse por la radio.

Luanda: Qué qué, bajo investigacióooooon? Pero investigación de qué, por qué?

El policía no sabe, no contesta, no dice nada. Y no le responden por la radio.

Luanda: Agente, por favor, a mi me están esperando en un lugar, yo tengo el tiempo contado. Dígame lo que está pasando o lléveme presa, pero no me tenga aquí bajo este sol así de gratis porque yo tengo muchas cosas que hacer, además es un derecho que tengo. Si estoy bajo investigación me tiene que instruir de cargos, asi que le pido que me diga ahora mismo lo que está pasando.

Policía: No me falte el respeto ciudadana, que eso es desacato.

Luanda: (gritando) -No, el respeto me lo está faltando Ud. a mí teniéndome aquí sin decirme nada. Yo no puedo irme porque Ud. tiene mis documentos, así que dígame que está pasando, y mejor me lo dice rápido porque ya esto me está trayendo perjuicios.

Policia: Estése tranquila ciudadana! Dónde vive Ud?

Luanda: Que donde vivo yo? Pero no vio el carnet?, ademas si estoy bajo investigación Ud. debe saber mejor que yo donde vivo. Mire, yo no le voy a facilitar las cosas, Ud. no va a hacer su trabajo a costa mía. Es más, si Ud. no me puede explicar lo que está pasando traigame a alguien que pueda hacerlo, yo quiero hablar con un superior suyo, con alguien que me pueda decir algo, porque yo no entiendo nada. Ya llevamos como diez minutos aquí y yo no tengo la culpa de que esa radio no funcione, ese no es problema mío!

Se acerca otro policía y entre los dos hablan.

La gente pasaba y miraba a mi amiga con cara de asombro, los autos aminoraban la marcha. Y mi amiga seguia gritando:

-Yo lo que quiero es una patrulla que me lleve a la estación para hablar con alguien con autoridad! Es más cuando se comunique por ese aparato pida un patrullero, porque yo soy la que quiero hablar con alguien. Y desde ya le digo que le estoy cogiendo el número de la chapa, esto no se va a quedar asi!

La gente le hacía gestos de apoyo a mi amiga, mientras ella sacaba un papelito y anotaba el número de chapa del policía. Un auto con un matrimonio trataba de estacionar justo delante de la vereda donde mi amiga estaba parada. Luanda los mira desafiante, con cara de pocos amigos, ellos en un gesto complice le susurraron bajito: -cálmate muchacha, haces bien en defenderte, pero cálmate.

Cuando finalmente el aparato se decide a funcionar, al policía no le queda más remedio que decir: ...la ciudadana está fuera de control, dice que quiere ir a la estación, que no quiere hablar conmigo. Cambio y Fuera/

A los pocos minutos llega el patrullero y mi amiga se mete en el auto, después de haber dejado bien claro que el policía iba a tener que dar cuentas a sus superiores de lo que había pasado. Una vez en la estación hizo la llamada.

Después de hablar con la jerarquía de la Unidad, que por cierto, terminaron pidiéndonos disculpas, salió a relucir que mi amiga estaba vestida “atípicamente”, y que ellos estaban combatiendo una especie de prostitución de nuevo tipo que había surgido en La Habana, donde las chicas se vestían de un modo muy “particular”. Dios Santo! Debo decir que eran las doce del mediodía de un sábado cualquiera, y mi amiga llevaba una blusita verde de tiranticos, un jean ancho, unas ojotas de piel, una gorrita en la cabeza, y una bandolera cruzada. Nunca supe, ni siquiera ellos me pudieron explicar qué prenda había sido objeto del desajuste, nunca supe cual hubiera sido en ese caso la regla del buen vestir, nunca entendí qué era atípico y particular, nunca supe que coño les importaba, nunca supe qué decir. El caso es que ahora estoy haciendo las maletas para irme a La Habana y no tengo ni la menor idea de lo que voy a poner. Tengo la idea fija de que la blusa verde de tirantes fue la causa de la tormenta, y entonces me digo: nada de tirantes! O tal vez las sandalias? Huuuum, con el calor que hace en La Habana estoy muy tentada a llevar ropa de invierno.

Tuesday, October 2, 2007

Máscaras


Lo que alimenta el amor es la distancia. Nunca entendí como desde el surgimiento de la internet, la gente empezó a conocerse y relacionarse electrónicamente. Me parecía peligroso por eso de que las partes se ponen pseudónimos y ocultan su identidad, te dicen lo que quieren y no hay manera de comprobarlo, y ni siquiera se toman el trabajo de ponerse máscaras que los adornen porque no dan la cara.

Después empecé a entender a esas parejas intercontinentales que la única manera que tenían de iniciar y alentar la relación era la web, pero que después de un tiempo se conocían en persona y entablaban una relación convencional. Más, no entendía a aquellas personas que estando en el mismo barrio preferían sacear los apetitos de la carne por internet en vez de encontrarse en un bar, tomarse un trago, apretar un poco e irse a la cama juntos como dos adultos.

Tengo varios amigos que después de aburrirse de matrimonios convencionales, esos donde se vive juntos y se duerme en la misma cama, han decidido divorciarse, y se han lanzado a la vida loca para recuperar los años perdidos en el sofá apretando el botón del control remoto desde las nueve de la noche. Esas ansias de venganza, ese brote de lujuria que antaño nos parecía de vanguardia, propio de una etapa liberadora, ahora es oficio de ángeles.

Lo que se usa es sentarse detrás del ordenador y quitarse la máscara. Porque la verdadera máscara es la que llevamos todo el día. Allí, solo allí, a las doce de la noche es que empezamos a ser quienes realmente somos, desatamos los demonios, nos despojamos de todo atavismo, y liberamos lo más puro y verdadero. A las doce se rompe el hechizo.

Sunday, September 30, 2007

Soy del Monte



Ortega y Gasset dijo, “Yo soy yo... y mis circunstancias”, y mis circunstancias han sido tales y me han llevado por tantos rumbos que de repente descubro que estoy metamorfoseada por ellas. Ultimamente le han preguntado con frecuencia a mi esposo si él ha vivido en España, por el acento. Cuando le preguntan eso suelo soltar un …GILIPOLLLAS!!! Otras veces nos confunden con bahamenses, dicen que por la postura y la manera de vestir. Solemos decir entonces … la-pu-ta-que-lo-pa-rió-. En la misma Habana le pasó que un tipo que iba con una mujer le dijo en inglés: Where are you from man? Y dice él, I am from…. Cienfuegos. Por poco se despalillan de risa los tres en medio de la calle Infanta. Y para colmo un amigo, que vino a visitarnos hace poco de Argentina nos dijo que estábamos yanquizados porque estamos demasiado disciplinados y respetuosos, medio estúpidos digamos. Ahí mi esposo respondió con sentimiento manana: “ No te equivoques, yo soy del monte, y tengo un sitio en la loma.”

Vaya ustéd a saber qué clase de ruptura ha ocurrido, qué habremos perdido, qué clase de quiebres y adaptaciones emocionales han convertido a esta cubana de Cuba en esta cubana del mundo que ahora soy. Hay algo que me consuela, hay que saber crecer y saber crecer es saber sumar sin perder la esencia. Quién soy? Ay caramba, tendría que decir tantas cosas! A los que para saber quién soy se preocupan por donde estoy o donde vivo, les digo: Yo estoy donde está mi computadora, y es portátil, hoy aquí, mañana allá, soy portátil, de hecho mi alma es portátil, no porque cambie de lugar sino porque pienso y siento todos los días distinto, soy mutante, así que ... donde vivo? Acaso esa pregunta tiene algún sentido?

Pero quién soy, cómo soy? Soy habanera y eso es identidad pura y dura, esencia verdadera. Soy cubana no porque sé como camina la mujer de Antonio, ni porque me descomponga ante una rumba e cajón o porque me cure con caisimón, ni por saber, yo si tá sabé, qué no hay que hacer con la ciguaraya. Soy cubana porque vengo de la guardaraya, soy bondadosa y autoritaria, sincrética y transculturada, porque como todos tengo una rumba guardada, porque me tiendo mis propias encrucijadas, por esta costumbre que tengo de hacerlo todo a pulmón, y de esperarte en el callejón, porque sigo sin poder resistirme al olor del aguacero, o de la yerba recién cortada, porque sigo viviendo intramuros pero no amurallada, porque no creo en celibatos ni en represiones sino en transgresiones mesuradas, porque soy la reina de la carcajada. Ni siquiera soy cubana porque nací en La Habana, soy cubana señores, porrrrrrrrque me da la gana.

Sunday, September 23, 2007

Miami es otra cosa


Aprovechando que estoy en Miami quiero dedicarle un punto y coma a esta ciudad. Con Miami he tenido las dos aproximaciones. Tuve esa primera mirada en que quedé impresionada con la onda de Miami, con la música de la radio, con la cumbancha y el desparpajo, esa mirada turística de cuando vas en chancletas, y todo te gusta cuando vas en chancletas. Después, cuando fui a vivir, tuve la mirada local. Choqué con el dormitorio, con el campo de concentración, con la rutina, con los horarios, con el quilombo, con el portazo en la cara, con la arquitectura, arquitectura?, con la cultura, cultura? No importa.

Miami es una metáfora, sobretodo para los cubanos, pero tiene su propia anatomía y su propio carácter. El error es pretender encontrar algo en Miami, asemejarla a otra cosa, compararla. Estamos acostumbrados a pedirle cosas a Miami, queremos que sea barroca, que tenga un malecón, que tenga una vida cultural y no, Miami es Miami, y no es otra cosa, y está en La Florida, uno de los estados más pobres de Estados Unidos. Un pueblo bajo según mi esposo, una ciudad sin clase, con aciertos y desconciertos, con insultos bilingues y bocinazos, con locos y payasos, con amigos entrañables, con muchas horas de trabajo, con casas, con vicio de comprar casas, con brujerías, con macumbas, con tumbadores tocando rumba y hablando por celular, at the same time!, con sueños cumplidos y otros revertidos, o convertidos en pesadillas, en verdaderos imsomnios de la noche a la mañana, porque es una ciudad latina con las reglas del juego americanas.


Una ciudad joven que nunca fue nada, de la que podemos elegir despotricar despiadadamente o consumirla como al batido de Mamey que me tomé hoy en la calle 8.

Monday, September 17, 2007

Yo lo que quiero es un piquetero!


Este pais tiene cosas buenas, hay que buscarlas bien para encontrarlas pero las tiene, y son muchas. He vivido por periodos largos en varias ciudades de Estados Unidos. He estado en ese crisol de acentos y razas que es la América mezclada y en la otra, en la anglosajona inerte de la nieve y las ardillas, en la América profunda. Puedo decir que tengo un entendimiento bastante amplio de la cultura americana.
Y es que este país tiene muchas caras, tiene recursos insospechados para afrontar cualquier eventualidad, tiene 47 millones de personas sin seguro médico, tiene un 911 para todo lo que se te ocurra, tiene vicios, cortesía,-muchos excusemes, demasiados-; filantropía, respeto por la palabra, mucha soledad y justicia, y la justicia es el baluarte más importante de la democracia. Tiene muy bien elaborados los vínculos entre el crédito y la prosperidad. Los eslabones tan directos entre el comportamiento financiero de una persona y su progreso lo mismo lo llevan al ascenso escalonado que al desfalco y a la ruina. Por ello considero que el sistema induce a la formación de una responsalibilidad y de un equilibrio tempranos que el que no los adquiere lo paga, porque la ley de quiebras lo tira por un barranco pero no lo mata, lo deja ahí diez años sufriendo las consecuencias. Todo está friamente calculado para que consumas pero queda a tu arbitrio usar ese vínculo con criterio, regularte sensatamente o hundirte si no tienes control sobre tus impulsos.

Pero hay algo vital al funcionamiento de esta sociedad, que forma parte de su cultura porque se ha integrado a la conciencia colectiva del americano y ha influido en la formación de su carácter, y es la pronosticación, más que la previsión. Salvando lo de las Torres Gemelas o la inundación de New Orleans en este pais no hay sorpresa. Los americanos están acostumbrados a funcionar según planes, o según leyes o instrucciones dadas por entidades autorizadas, lo cual no tendría ningún problema si eso no los convirtiera en entes adorablemente inútiles ante cualquier evento inesperado por más mínimo que sea. Te dicen mañana va estar mayormente nublado, descenderán las temperaturas a tanto y caerán 6.1 pulgadas de nieve, y se cumple, pero lo asombroso es como la gente se prepara para la contienda. Van al supermercado y llenan los changuitos de productos enlatados, galletitas para los niños, agua y papel sanitario para pasar seis horas en casa, con luz, calefacción central, Direct TV y un generador eléctrico por si acaso.

Si vas a la peluquería, antes de ponerte un tinte tienes que dar un número de contacto para emergencias, además de firmar un agreement declarando que no eres alérgica y aceptando que la empresa no se responsabiliza por los efectos o consecuencias nocivas o tóxicas que puedan surgir después de la aplicación. Hay un charquito en el piso y te cierran el área con cinta amarilla abarcando un perímetro inalcanzable solo para dejar claro que si te mataste fue por imbécil que eres. También ocurre que una persona se espante ante la presencia de un Habano si sospecha que es cubano por las restricciones comerciales que hay, o que no pueda reprender fuertemente a su hijo porque corre el riesgo de que alguien piense que es abuso infantil y le llame al Servicio Social.

Este funcionamiento casi perfecto de casi todas las cosas se debe a que cualquier descuido o negligencia implica una demanda y tiene consecuencias económicas directas para el bolsillo del descuidado, y a que la ley es fuerte y se aplica sin contemplaciones, y los oficiales son para desgracia de algunos, en su gran mayoria incorruptibles. Cuidadito con hacer algo que pueda sonar a illegal. Es aspiración suprema de donde venimos, los países latinoamericanos, que exista un ordenamiento que regule el caos y la arbitrariedad que pululan alegremente por nuestras sociedades, que el Estado asuma sus funciones y que las cosas marchen según planes, y si no que avisen por lo menos que no van a funcionar, para llevar una vida más decorosa. Pero cuando la cantidad de regulaciones te sujetan de modo tal que tú tienes que pensarlo dos veces para fumarte un cigarro o para darle una nalgada a tu hijo que está pataleando porque quiere tirarse por el balcón a ver como se muere la cucaracha cuando él le cae encima, la cosa adquiere otro carácter, porque literalmente te fusilan el ingenio y te coartan la libertad.


Yo vivo con la mente adormecida en un suburbio hermoso, con un clima fresco todo el año, con calorcito de dia y manga ligera a la noche, en medio de un SILENCIO, -no me gustan las mayúsculas gratuitas, pero esta es imprescindible-, estrepitoso, gratuito, vacuo, donde si no fuera por la luz del sol no sabes si son las tres de la tarde o las tres de la madrugada, donde da lo mismo abrir las ventanas que cerrarlas, donde he de poner el televisor solo para escuchar una voz humana y saber que estoy aún en la tierra y no en el limbo, un silencio a capella, que me regresa como un bumerán, sin ladridos de perros ni sirenas de ambulancias y entonces dudo haberme quedado sorda, un silencio anestesiante, transparente, que me ciega, un silencio en el que un día me dan ganas de que todo explote de un plumazo, pero como no soy talibana lo que pienso todo el tiempo es: “necesito un grito urbano, un quilombo, un escándalo saludable, alquien que se riegue en una cuarta é tierra. Necesito un piqueterooooooo!!!!!!!!”

Tuesday, September 11, 2007

Esta es mi madre


Hoy no es el cumpleaños de mi madre, pero quiero escribir sobre ella. Debe ser que estoy en una etapa muy contemplativa de mi vida o, hablando mal y pronto, me estoy poniendo vieja, pero tengo la necesidad de poner en alguna parte las palabras que le dedico todos los dias y que no le digo nunca, repararé ese error. Por qué hoy? Tal vez estoy conmovida por un mensaje que me hizo llegar ayer con ciertas ordenanzas que me hacian mucha falta, pero más allá de las instrucciones lo que me sensibiliza es esa capacidad que tiene mi madre de hacer girar el sol a favor mio. Siempre, y esto no lo pierde sino que lo refuerza con los años, pone a todos en función de mi persona. No sé si esto está bien o está mal, pero su amor cruza los mares que nos separan. Cuando alguien la ve por primera vez, a los cinco minutos sabe que no hay nada en el mundo para ella más importante que yo. Y esto ocurre con todas las madres, pero la mía fue capaz de enterrar para siempre la amistad con una persona que cuando la llamaba por teléfono le preguntaba por el perro antes que por mi. Y qué quieres que te diga, esa es mi madre.
Cuando ella me lo contó me pareció exagerado pero es que todas las mujeres de mi familia, y me incluyo en esa fauna, hemos sido pasionales y absurdas. Y esto lo digo porque no sabemos querer con objetividad, ni conocemos los términos medios. Si queremos a alguien no nos importa que sea un asesino serial, y si no lo queremos nos da lo mismo que le dé un catarro como que lo parta un rayo en dos en una noche de tormenta. Imagínense eso exponenciado al infinito cuando de mi cariño se trata, -te dan ganas de ahorcarla-.

Esta no es tribuna para contar las mil maneras en que mi madre se encargó de hacerme saber que me quería, solo voy a decir que las conversaciones que yo sostuve con ella todas las noches cuando me acostaba, me hacian sentir la tranquilidad que deben sentir los creyentes cuando van a la Iglesia.
Le doy gracias a mi madre, no por sus imsomnios, ni porque yo sea su propia vida, porque ella eso no lo puede evitar, (aunque soy consciente de que pudo ser de otra manera); sino porque mi madre colocó en mi vida el ingrediente, -que luego se convirtió en atributo,- que hoy identifico como aquello que me permite ser feliz. Me creerán si les digo que yo nunca tuve que fingirme enferma para no ir a la escuela? UUUMMMM, supongo que no. Pero es cierto, porque un dia me levanté y le dije: “ hoy no quiero ir a la escuela”, y me dijo: “...está bien, te quedas.” Eso fue gráfico, tuvo un peso visual que me marcó para siempre. Hay personas que no pueden ser felices porque no conocieron la flexibilidad, porque había algo que actuaba como un yugo y eso forjó sus caracteres para siempre. Yo soy libre porque puedo arrepentirme, porque puedo cansarme y no querer seguir, porque puedo querer salir corriendo en dirección contraria, porque puedo fallar y saber que no pasa nada, y quedarme tranquila, y asumir las consecuencias necesarias, y continuar; porque me moriria si no tengo proyectos pero no podria vivir con metas. Tal vez por eso yo nunca fuí a la Iglesia, y no se asusten que soy una persona más o menos normal, lo que pasa es que yo tenía mi propio templo en casa.

Tuesday, September 4, 2007

Sonria para la Cámara

Poco, muy poco podemos hacer para evitar, o tan siquiera reducir el control que la tecnologia ejerce hoy sobre nosotros. Yo misma, y esto no lo digo con orgullo, me declaro un ser bastante ajeno a lo tecnológico, acudo a la tecnología solo por necesidad, después que las cosas están muy pero que muy probadas, y me entero de lo que pasa por carambola, ya que vivo con un hombre que prácticamente va a la vanguardia de todo eso y tiene la paciencia de explicarme siete veces que el botón rojo es para apagar y el verde para encender, de ahí no paso la mayoria de las ocasiones. Sin embargo, debo admitir que hoy por hoy lo que no se documenta, lo que no se puede mandar por e-mail de cierta manera, no existe. Y aunque para los abogados, entre los cuales se encuentra una servidora, esto ha sido un axioma desde los tiempos más remotos, convengamos que la vida cotidiana es otra cosa. Pero hoy somos presa de la imagen. Lo que se documenta existe, y el que lo documentó estuvo allí, y más vale que aparezca en la foto.

Ayer mi esposo me tomó una foto con una pequeña cámara digital de 7.1 megabytes de resolución, al lado de un Buda de la Fortuna de mi tamaño en un hotel de Las Vegas, Nevada. Cuando vimos la foto aparecia una chica vestida igual a mí al lado del buda, pero con otra cara. Como yo no entiendo nada de resoluciones ni de efectos especiales, le pregunté a mi esposo y me dijo que la foto había salido corrida, que por eso me habia tomado una segunda foto donde salí perfecta. Bueno, imperfecta como soy, pero la imagen correspondía con la persona, o al menos con la persona que yo reconozco.

El tema me quedó dando vueltas en la cabeza, porque si la foto sale corrida la imagen sale doble, como alargada, y siempre se nota el movimiento de la luz, porque la foto se corre cuando se mueve el objeto, o se mueve la cámara en el momento mismo de ser tomada la foto. Pero esta foto carecia de todo signo de distorsion producto del movimiento, era simplemente un rostro similar al mio pero con rasgos mas afros. Además, yo les juro por todos los Santos que yo no me movía, el buda tampoco, la cámara estaba sobre un trípode espectacular, estábamos bajo techo en un lugar cerrado, no pasaba nadie en ese momento, y no habia viento. Después de estas cavilaciones he llegado a la conclusión de que pudieron haber ocurrido tres cosas:

1.- O fueron emanaciones del buda que me deformaron el rostro, cosa que dudo sinceramente,
2.- O mi esposo pensaba en Beyonce y la cámara captó su pensamiento, y aquí lo que dudo es lo segundo,
3.- O dentro de mí subyace otro ser, cosa de la cual tengo plena certeza desde hace mucho tiempo. Lo que no sabía era que había decidido emanciparse y salir por ahí a hacer de las suyas.
En vistas de las circunstancias la útlima es la versión que se refuerza, si alguien tiene otra explicación acepto proposiciones. Ahora mismo estoy escribiendo esto en este blog que es público y eso lo dota de cierto carácter universal, aunque lo lean tres gatos. No tenía planeado escribirlo y estoy preocupada, no porque tenga alguna cosa que ocultar sino porque quiero tener control sobre lo que digo y eso incluye lo que escribo. Pero como lo que se escribe queda documentado y lo que queda documentado existe, quiza mi otro yo, tenga otros planes y esta sea la única forma de existir que tenga él después de cimarronearse.

Monday, August 20, 2007

Esta es mi Habana, -con sentimiento manana-.

Pido permiso para ver si me reconcilio de una maldita vez con estos sentimientos duales que no puedo hacer a un lado cada vez que pienso en La Habana. Para ello voy a pedir prestadas palabras de Miguel Barnet, ese importante escritor y etnólogo cubano: “ La Habana tiene zonas que nadie ha visto. Quién me va a decir a mí qué cosa es La Habana... Quién me va a hablar a mí de La Habana... Perdóname un acto de extrema vanidad: La Habana soy yo.”

Señoras y señores, nunca pensé que iba a caer en este lugar tan común, pero quién soy yo para no hablar de La Habana? La Habana no es únicamente ese punto de la geografia que marca mi lugar de origen, La Habana es todo lo que me explica, es donde están mis cosas más seguras, es el único lugar donde puedo andar a tientas y encontrar desde el primer libro de mi vida, hasta las fotos de mi primer dia de clases, las libretas de la escuela donde pegué los recortes con mis manitas de entonces, y las notas de cinco años de Universidad, en fin todos mis pedazos. La Habana me duele tanto que la única manera que ha encontrado mi mente para soportar la distancia es pensar que estoy en un viaje transitorio, con pasaje de ida vuelta, de una vuelta prolongada, que se hace cada vez más larga, pero que está cada vez más cerca. Pero que al final regresaré ahí, a ponerle agua a las plantas de mi balcón todas las mañanas. Este no es un escrito para hablar de rumbas y guaguancoes, ni de sol y bicitaxis, ni de miserias afectivas o claustrofobias insulares, al contrario mi nostalgia viene por el lado de lo que me separa. A lo largo de todo mi andar por otros nortes y cooordenadas he descubierto que hay cosas que he hecho parte de mi vida que pudieran parecer menores pero que hacen que ya no encuentre yo mi lugar en La Habana.

En La Habana el tiempo se detuvo sin ceremonias, aún con esa sensación de ingravidez que me hace pasar a una dimensión atemporal, no consigo relajarme. La cumplimentación de las tareas más comunes y rutinarias se dificultan a un extremo patológico y consumen el doble del tiempo y la energía que consumirían en cualquier otro lugar mas o menos civilizado del planeta. Me he acostumbrado al buen servicio de transporte público, a la computadora, a la internet, al tener que hacer una llamada y disponer en cualquier esquina de cabinas con teléfonos que funcionan, o al taxi a mi servicio sin que me cueste un ojo de la cara, al agua corriente en el baño, a los cines y teatros con ofertas renovadas, a farmacias repletas de remedios de los males cotidianos, y por qué no? a una atención decente, más o menos esmerada, a un cafecito caliente en cualquier plaza, a una servilleta, a una vida cotidiana que me hace sentir más persona, más humana. Sin embargo, he descubierto que me siento extraña en La habana, donde el más simple acto cotidiano se convierte en una hazaña, cual si me hubiera mudado al desierto del Sahara.

Pero esto no me pone en ninguna disyuntiva. Lo que significa La Habana no tiene contrapeso con nada. Nunca está en tela de juicio el regresar a La Habana, porque La Habana es un delirio que se alimenta a distancia. Cuando no estoy en La Habana me construyo una Habana, y en vez de a la vicisitud me aferro al símbolo, al concepto, al portal y a la fachada, porque yo solo puedo ser yo, por La Habana.



Tuesday, August 14, 2007

Saber adaptarnos


El pasado tiene dos caras. Es ese lugar de donde vengo, donde están sembrados mis ancestros, lo que me define, lo que marca mi identidad, es todo lo que me explica. Pero también es lo que me hala y actúa como viento en contra cuando ando, como hace mas de diez años, por otras tierras, allen de los mares. Siempre fui muy apegada a mis cosas, y cuando digo mis cosas, hablo de lo intangible, de lo esencial, que es invisible a los ojos. Nunca entendi como alguna gente que se va de su lugar de origen, se sacude el polvo del camino y emprende una nueva vida sin mirar atrás. Pero un dia, luego de muuuuuchos años, comprendí que el éxito es de los emprendedores, de la gente que piensa que todo tiempo futuro tiene que ser mejor, de los que toman el toro por los cuernos.

Podemos entristecer por situaciones puntuales, terribles que tiene la vida, que muchas veces nos hacen más fuertes y siempre nos ayudan a crecer. Pero a veces nos hacemos adictos a la tristeza y la afrontamos como condición estable y permanente, como un vicio. Esto por contraste, me lleva a la conclusión de que, de cierta manera, ser feliz es una decisión que se toma. Y se toma cuando te das cuenta de que todo puede cambiar en una milésima de segundo.

Hay que tener la capacidad de adaptarse, eso no solo nos salva porque nos hace mas sanos sino que nos renueva. La vida ha sido muy flexible conmigo, y lo sigue siendo. Que más puedo pedir? Un hijo, pero si no me lo da tendré que adaptarme, que no es lo mismo que resignarme y tener la misma flexibilidad y agradecerle por todo, por todas las otras cosas que me ha dado que son muchas, y seguir adelante bien, y proyectarme a futuro, y sonreir.





Monday, August 13, 2007

Carta

Lo mejor que me ha pasado en la vida es conocerte y estar a tu lado para amarte. Por eso quiero estar contigo siempre, hasta el final de nuestros días, envejecer en cualquier parte contigo y con mi madre y con el hijo que vamos a tener. Ese día me sentaré en la cama, abriré la gaveta y sacaré esta carta que me recordará estos días llenos de incertidumbre, y me moriré de risa.

Friday, August 3, 2007

Quién tiene el don?

Debo confesar, pasando por la verguenza de provocar una desagradable impresión, que soy machista. Y sé que esto dicho de esta manera podría ocasionar serios estragos a mi reputación como mujer de hoy, sensata, coherente, adulta, profesional y libre. O como mínimo puedo provocar ferviles detractores o una ferviente lástima. Esto viene a colación de ciertos rezagos de ideología feminista que ven al hombre como un freno, una traba para la mujer en sus vidas, según ellos los hombres llevan incorporada una fuerte tendencia controladora y dirigente que implica que la mujer tenga que dar un paso al costado muchas veces de manera inconsciente y asumir un papel secundario que contradice sus mas preciadas aspiraciones. Estas feminas alegan que la mujer está preparada para todo y que no necesita un hombre para vivir plenamente. Señoras y señores, esto dicho a los 24 años cuando todavia nos controla esa insensata rebeldía precursora, lo acepto. Como cuando tampoco queríamos tener hijos porque queriamos priorizar otras cosas. Pero a los treinta años empezamos a darnos cuenta de que el hombre tiene sus cosas buenas (algunos son hasta humanos), y a los 40 definitivamente sabemos que somos lo suficientemente mujeres como para tener un hombre al lado y seguirlo siendo.

El feminismo implica un igualitarismo a ultranza que desafía ciertas leyes de la naturaleza, que desconoce que el hombre y la mujer son entidades orgánicamente diferentes con disparidades de orden biológico, psicológico y social que justifican los roles que cada uno ha asumido históricamente. Todo el mundo sabe que la niña habla más rápido que el niño y eso se debe a que el cerebro del hombre y de la mujer difieren en tamaño, estrucutura y sensibilidad— en general el de la mujer es, como el cuerpo, del 10 al 15 % menor que el del hombre. Pero las regiones que se dedican a las funciones superiores, como el lenguaje, están más densamente pobladas de neuronas en la mujer que en el hombre. Según los doctores Sally y Vinnent, profesores de pediatría y neurología de la Universidad de Yales, las mujeres tenemos mejor habilidad para el lenguaje y esto pudiera deberse a que la mujer utiliza regiones de ambos hemisferios para leer, mientras que los hombres emplean únicamente parte del izquierdo. Cuando una mujer realiza una tarea, por sencilla que sea, incluso mover los pulgares, la actividad de sus neuronas ocupa un área más extensa del cerebro.

En el caso de los hombres la actividad neuroeléctrica ocurre en regiones muy localizadas, mientras en las mujeres la red de células activas es tan extensa que en una tomografía aparece como una vista nocturna de la ciudad de Las Vegas. Una explicación posible, aunque discutida, tiene que ver con el cuerpo calloso, el puente de fibra que une el hemisferio derecho con el izquierdo. Por lo mismo, el cerebro femenino puede hacer asociaciones de ideas que quizá a un hombre no se le ocurrirían. Para algunos esta habilidad constituye una forma de inteligencia emocional mientras que otros la llaman simplemente intuición femenina.

El cerebro masculino, en cambio está más capacitado para la concentración, lo cual podría explicar por qué un hombre puede quedar absorto en una lectura mientras suena el teléfono o el perro ladra. Las emociones afectan más al cerebro femenino. El cerebro femenino puede también identificar emociones ajenas con más precisión. También en el modo de orientarse las mujeres difieren de los hombres. Así, para recordar determinadas rutas o dar indicaciones de cómo llegar a un sitio, las mujeres nos guiamos por determinados puntos de referencia que vamos encontrando en el camino, mientras que los hombres atienden más a la distancia y a la dirección, medio Km. hacia el oeste y después medio Km. hacia el norte, por ejemplo. Se dice que los hombres tienen ciertas características innatas que les da ventaja para las cosas que exigen noción del espacio por eso obtienen mejores puntuaciones en las pruebas que consisten en hacer girar mentalmente una figura de tres dimensiones. Esto explicaría por qué un hombre puede estacionar el coche en un espacio pequeño donde a la mujer le cuesta mucho trabajo.

No puedo sentir freno a mi desarrollo cuando el hombre asume tareas que más bien me liberan, tareas que no solo no quiero hacer yo sino que no quiero aprenderlas. Para qué enredarme con un manual de instalación de un delicado equipo electrónico o montarme todos los sábados encima de la máquina cortadora de césped si mi esposo lo puede hacer olímpicamente por instinto y hasta con los ojos cerrados le va a quedar mejor que a mí. Definitivamente no voy a ser más independiente por ello y no tengo mentalidad de superpoderosa tampoco. No tengo ningún problema en aceptar que el hombre hace ciertas cosas mejor que yo, como yo hago ciertas otras mejor que él. Y no caigamos en situaciones particulares, hay hombres muy buenos cambiando pañales y mujeres que manejan muy bien las grúas, porque todo lo que se estudia se aprende. Pero el don, la mejor predisposición natural, lo tenemos el uno o el otro según de lo que se trate; y sí, es como una suerte de fatalismo pero genérico en vez de geográfico, y por qué luchar contra eso? No solo me parece inútil sino que me parece analfabetismo emocional competir con algo que ni siquiera se puede comparar conmigo.

El igualitarismo es la traslación mecánica de un modo de ser de un género a otro, muy diferente a la igualdad, que es equidad, y por tanto no estoy dispuesta a perderme esa mirada cómplice de la mañana, ese beso, esa presencia un poco perturbadora, por cierto, pero que entraña esa fuerza que también me recuerda, no que soy el sexo débil sino la delicada flor.
Nota: Utilizados datos de un trabajo del Dr. Jose Manuel Frómeta Lores, publicado en Monografias.com



Saturday, July 21, 2007

Me miró a los ojos

Nunca he sido indiferente al dolor ajeno, pero no sería serio decir que me sensibiliza el hambre y la miseria del mundo, cuando nunca he decidido irme a trabajar al Africa ad honorem para ninguna de las tantas organizaciones civiles o religiosas que hay con carácter humanitario. Cualquiera de ellas me habría podido llevar a cualquier parte, y el solo hecho de repartir comida, de vacunar a un niño, pues mi madre me entrenó para poner inyecciones, o de enseñar a leer y escribir, me hubiera hecho mucho bien al alma. Pero nunca lo hice. Estaba, estuve, he estado, estoy demasiado imbuida en mis propios asuntos, demasiado concentrada viviendo mi propia vida, la única que tengo por demás, y de alguna manera, aunque siento una profunda conmoción ante semejantes desproporciones, ante tan antojada distribución de la riqueza, no hago nada, sigo con mi vida y cuando me brota una lágrima me la seco y sigo andando.

Lo peor es que tampoco voy a colaborar a la esquina, porque no hay que irse tan lejos para ver el hambre. La miseria, los niños desnutridos, están ahí a la vuelta, en el otro barrio, a menos de una milla de distancia. No he llegado a una conclusión definitiva del asunto, pero sinceramente pienso que se necesitan voluntades más poderosas que la mía para solucionar el problema. La contraparte de este análisis es que si todos pensáramos lo mismo nadie haría nada y cualquier granito de arena importa, y puede hacer la diferencia.

Saben que pienso? Que esos pequeños esfuerzos lo único que consiguen es corroernos por dentro, matarnos más rápido los pájaros. Dicen que cuando se es joven se tienen pájaros en la cabeza y que poco a poco la vida nos va fusilando esos pájaros. En vez de limpiarnos, terminamos como rastrojos humanos sin poder conciliar el sueño y con la mirada perdida, como al regreso de una guerra en la que nadie ganó, mutilada. Y no es cuestión de protegernos, es cuestión de estar conscientes de la anarquía que reina incluso en el mundo de hoy, de que seguimos siendo marionetas, de que estamos manejados por hilos muy finos que nos hacen creer que somos libres.

Siento mucho que cualquiera de ustedes se quede pensando hoy en un niño enfermo que no tiene medicinas, no fue mi intención. Mi intención es ver cómo hago para olvidar la mirada del homeless que estaba el domingo pasado a la salidad del shopping que ni siquiera me pidio limosna, solo me miró a los ojos.


Nota: La foto que aparece es una foto cualquiera, y nada tiene que ver con la persona de la que se habla.

Monday, July 16, 2007

Los Taxis de La Habana


Este post surge como comentario a un post de Dana sobre Los taxis de Ithaca, en Nueva York, donde los taxis se comparten. Ella se preguntaba si en otros lugares existirían costumbres parecidas. No pude substraerme de comentar que en La Habana, Cuba, pasa lo mismo pero salvando ciertas diferencias. Empiezo por decir que comprendo el asombro de una persona de Buenos Aires ante la necesidad de compartir un taxi. Soy habanera, pero he vivido en Baires los últimos 11 años de mi vida y siempre que hablo de esa ciudad, digo: Buenos Aires es la ciudad de los taxis y los locutorios. Aunque no conozco la estadística, es sorprendente la cantidad de taxis que hay en la ciudad, uno llega a tener la percepción de que hay una cierta cantidad de taxis por cada muy pocos habitantes, lo que no significa que a veces, sobre todo cuando llueve, la situación colapse y se haga casi imposible empatarse con uno.

Los taxistas son como en todas partes, coloquiales y un poco chusmas, (chimosos), y aunque a veces te marean, o con sus conversaciones o con una radio que lleven puesta, y a veces incluso con el humo del cigarro, por lo general viajas bien, siempre solo, y a veces, muchas veces el chofer se ha esmerado en la limpieza del vehículo y el auto va equipado con buenos olores. Lo de la conversación es controlable, siempre puedes dar señales de que no quieres hablar y por lo general te respetan el ánimo.

En Cuba pasa distinto, allí hacer una llamada telefónica desde la calle o transportarse, son dos cosas que huelen a desafío. Los taxis de La Habana son vehículos de los años cincuenta que a fuerza de mucho empeño y del ingenio de sus dueños han pasado la prueba del tiempo, superando las leyes de la mecánica y creo yo que hasta de la física, por las condiciones del terreno. Desconozco las maromas que hacen los mecánicos para mantener el mecanismo andando, pero debido a la crisis del transporte, a la gente lo que le interesa es llegar a su destino, y al taxista lo que le interesa es cobrar. Por tanto las comodidades pasan a un quintuagésimo plano; apenas pueden ellos conseguir las piezas para mantener la máquina, así que no me venga a pedir usted asientos limpios ni buenos olores, y mucho menos aire acondicionado. El que quiera viajar cómodo en La Habana ha de pagar en dólares para viajar en otros taxis destinados a los turistas, lo cual es un lujo para los más comunes de los mortales.

Entonces, terminas igual que en Ithaca, pero en vez de llamarlos para que te vayan a buscar, has de salir a las avenidas y pararlos a ver si van por tu recorrido, ellos son los que mandan. O sea, hay rutas preestablecidas que no se salen de las calles o arterias principales, tú los paras y te sumas al camino. El taxista va recogiendo gente hasta que llena el taxi, si se baja alguien, va parándole a todo el que le saque la mano para llenar el espacio, ya que cobran una cantidad fija por persona. Mientras más gente se baje y se suba más dinero hacen, y uno debe irse corriendo hacia un lado o hacia el otro, tratando de no apachurrar a la señora con el bebé, de no arrugarse la ropa, y de salirse de debajo de la gorda que entró después que tú, que al sentarse te colocó media nalga encima. Todo esto en asientos que se hunden casi hasta el piso del auto, con muelles que se salen por encima del tapiz, y si tuvieras la suerte de quedar en el asiento pegado a la ventanilla y no te quieres rasgar la ropa, también deberás sortear los alambres de la puerta que por dentro tienen el mecanismo al aire, pero tendrás la ventaja de ir más fresquito.

Al final, le indicarás al taxista: ...”déjeme aquí”, le darás los diez pesos, y te bajarás en la avenida más cercana a tu destino, pues no se entra a las calles interiores, asi que si vas diez cuadras hacia adentro habrás de caminarlas bajo el sol o con sombrilla, en aquella ciudad de polvo, humo y sal y llegarás a tu destino oliendo lo mismo a vómito de bebé, que a culo de gorda, que a colonia de mulato mañanero, o a todo a la misma vez.

Friday, July 13, 2007

Friday, June 15, 2007

Estado de Coma

Hoy mi esposo me acogió en sus brazos y volví a ser una niña. Yo estaba muy triste, algo pasó hoy de lo que no tengo una clara conciencia, pero puede ser cualquier cosa, falta de sueño, falta de ejercicio, falta de esperanzas, falta de respuestas, falta de prisa, falta de tiempo, ….no sé, pero tengo, tenía, un estado de tristeza miserable. Yo misma no puedo describir el estado en el que me encontraba pero debió haber sido muy penoso, cuando mi esposo, que siempre me reta cuando me pongo triste, me sentó a su lado en un diminuto hueco del sofá, en realidad me cargó, me acomodó en su regazo, y no me dijo absolutamente nada. Es increible lo que puede conseguir el silencio.

Confieso que suelo enmascarar mis estados, porque somos nosotros dos, sin familiares ni amigos, en este lugar que es el centro de muchas cosas, pero que a nosotros nos resulta distante y ajeno, solo nosotros dos para darnos fuerzas y sobrellevarlo todo. Cuando alguno se pone triste se lo pasa al otro y comenzamos a girar en círculos interminables muy difíciles de superar.

Pero hoy ni siquiera intenté enmascarar nada. El percibió esa derrota, esa falta de voluntad, debió haberme visto resignada, perdida, desmoralizada, tanto, que hizo uso del silencio, y merecí ese cómplice abrazo y ese beso en la frente que me hizo sentir, a pesar de los pesares, la mujer mas feliz del mundo.

Tuesday, June 5, 2007

Penosa confesion

OK, lo confieso, veo televisión. Y no estoy hablando del Discovery Channel o del National Geographic, veo programas de chimentos. Ya sé que no es propio de personas interesantes, inteligentes o intelectuales. Será que no soy interesante, inteligente y mucho menos intelectual, pero VEO television. Me postro atónita ante este idiotizante aparato y veo todo lo que pasan, desde el mas inofensivo animado para niños hasta todos esos programas morbosos y amarillistas, incluyendo los reality shows mas baratos y las novelas de silicona, así como ese circo mediatico de famosetes que venden hasta su alma al diablo por diez minutos de gloria.

Y lo peor es que no me siento mal por ello. Creo que con la misma capacidad de discernimiento que puedo leerme un libro de Tomas Eloy Martinez y un poema de Juarróz, puedo ver esos programas de silicona que le dan carácter de información de interés nacional al chisme y a las coyundas. O sea que conozco a Susana Gimenez, a Luciana Zalazar y a Jacobo Winograd, y no hay, todo el que me conoce lo sabe, que no hay absolutamente nadie que pueda despegarme del televisor a la hora de Tinelly. Seré tarada?

Wednesday, May 23, 2007

Esencias



Antes de morirme me gustaría vivir un poco más, construir los puentes que me faltan para llegar a ciertas esencias, parir cualquier cosa, lo mismo un hijo que un libro que un árbol, poniendo toda mi esencia en ello y no tener que ir a casa de mi amiga para que su hijo de un añito salga corriendo a mi encuentro para que lo cargue a upa y me inunde así el día de una esencia necesaria.

Quiza seria buena idea lo del libro, escribir cuanta locura pasa por esta cabecita y quiza le sirva yo a alguien de consuelo, "somos dos", diría mi abuela, o lo inunde yo a usted de alguna esencia que le cambie el dia. Si les contara yo todas las cosas que me pasan...., el otro dia para no ir mas lejos salia del condominio, -estoy en USA, San Diego, CA-, y como siempre me encuentro con la entrada del condominio de enfrente, doblo hacia la esquina para hacer derecha y veo cierto movimiento de tierra, pero sigo mi camino. Cuando regreso a mediodía lo que era una pared o muro que anunciaba el nombre de ese condo en letras doradas, había sido convertido en un jardín con flores rigurosamente parquizado con un césped perfecto y coníferas, finamente decorado con fuentes y rocas, lindisimo. Pero lindo de verdad señores, sin otro sentido ni lectura. DIVINO!!! Pero ahora vamos al grano, porque cualquiera diría, qué puede tener de malo este derroche de recursos y eficiencia? Y en realidad no sé si tiene algo de malo o es esta manía que tengo yo de ver siempre otro ángulo de todas las cosas.

Estoy en un lugar donde hay manuales prácticos de casi todo, la gente aquí va a sembrar una planta y va y se compra un libro de jardinería. En realidad lo que hacen son reformas, llega la primavera y cambian todo en tres horas porque si es primavera hay que poner flores, entonces te vas a cualquier sitio y compras todo lo necesario, lo pones y punto. El libro es para saber cómo colocar el césped que compraste -porque se vende por metros cuadrados-, digamos que como cuando se pone un piso en un apartamento, para que quede parejo. No más eso de cavar la tierra con pala y sembrar una plantita y regarla, y esperar a que retoñe, y verla crecer y crecer, no más. Eso de abrir la ventana por la mañana y mirar a ver si salió la flor, no more. Ahora es copiar y pegar, a las dos horas ya todo esta listo, pero...., no se pierde algo en el proceso?

Friday, May 18, 2007

Me presento

Mi nombre es Katana y este es mi divan. A partir de ahora haré terapia con ustedes. Estoy sola en un lugar remoto y solo me conecto con mis estados y frecuencias cerebrales.

Si tuviera que describir como me siento les diría que estoy en gamma, caracterizado por estados histéricos y de pérdida del control de la propia personalidad, agresividad, pánico, estados de miedo, cólera, huída, terror o ansiedad desbordada. Pero por momentos estoy en beta, caracterizado por razonamiento lógico, recuerdos automáticos, conversaciones habituales, autoconsciencia, adrenalina moderada y otras muy generalizadas.

La mayoría del tiempo de vigilia de todas las personas transcurre en beta, asi es como se desarrollan los estados de atención consciente rutinarios, es cuando estamos bien despiertos y centrados. O sea que fluctúo de un estado a otro a fín de parecer una persona normal. La gente cuando me encuentra en la calle puede llevarse una impresión errada porque me enmascaro, actuo de manera razonable, de hecho algunos piensan que soy habil e inteligente, pero todo esta friamente calculado, "lo tengo to pensao," como diría un amigo, hago un switch para que no me lleven para el Psiquiátrico porque no me gusta bañarme y ahí si no te quieres bañar te caen a chorros de agua fría con manguera por eso de evitar las epidemias, igual te mueres, de pulmonía.

Aunque no les garantizo en qué estado escribiré, sí les aviso que serán mis más fieles confidentes, no les voy a ocultar nada, solo aqui puedo ser yo.