Saturday, July 21, 2007

Me miró a los ojos

Nunca he sido indiferente al dolor ajeno, pero no sería serio decir que me sensibiliza el hambre y la miseria del mundo, cuando nunca he decidido irme a trabajar al Africa ad honorem para ninguna de las tantas organizaciones civiles o religiosas que hay con carácter humanitario. Cualquiera de ellas me habría podido llevar a cualquier parte, y el solo hecho de repartir comida, de vacunar a un niño, pues mi madre me entrenó para poner inyecciones, o de enseñar a leer y escribir, me hubiera hecho mucho bien al alma. Pero nunca lo hice. Estaba, estuve, he estado, estoy demasiado imbuida en mis propios asuntos, demasiado concentrada viviendo mi propia vida, la única que tengo por demás, y de alguna manera, aunque siento una profunda conmoción ante semejantes desproporciones, ante tan antojada distribución de la riqueza, no hago nada, sigo con mi vida y cuando me brota una lágrima me la seco y sigo andando.

Lo peor es que tampoco voy a colaborar a la esquina, porque no hay que irse tan lejos para ver el hambre. La miseria, los niños desnutridos, están ahí a la vuelta, en el otro barrio, a menos de una milla de distancia. No he llegado a una conclusión definitiva del asunto, pero sinceramente pienso que se necesitan voluntades más poderosas que la mía para solucionar el problema. La contraparte de este análisis es que si todos pensáramos lo mismo nadie haría nada y cualquier granito de arena importa, y puede hacer la diferencia.

Saben que pienso? Que esos pequeños esfuerzos lo único que consiguen es corroernos por dentro, matarnos más rápido los pájaros. Dicen que cuando se es joven se tienen pájaros en la cabeza y que poco a poco la vida nos va fusilando esos pájaros. En vez de limpiarnos, terminamos como rastrojos humanos sin poder conciliar el sueño y con la mirada perdida, como al regreso de una guerra en la que nadie ganó, mutilada. Y no es cuestión de protegernos, es cuestión de estar conscientes de la anarquía que reina incluso en el mundo de hoy, de que seguimos siendo marionetas, de que estamos manejados por hilos muy finos que nos hacen creer que somos libres.

Siento mucho que cualquiera de ustedes se quede pensando hoy en un niño enfermo que no tiene medicinas, no fue mi intención. Mi intención es ver cómo hago para olvidar la mirada del homeless que estaba el domingo pasado a la salidad del shopping que ni siquiera me pidio limosna, solo me miró a los ojos.


Nota: La foto que aparece es una foto cualquiera, y nada tiene que ver con la persona de la que se habla.

7 comments:

jose carlos said...

Gracias por tu visita, me alegro que te gustara mi blog de cocina. Disfrutalo. Si quieres puedes mandarme alguna receta tuya para publicarla. En el blog hay dos cuentas de correo para enviar.Un saludo.

F. Fabian S. said...

Feroz la autocritica...Sintiendome algo cercano de tu pensamiento...pero de hace como 10 años atras,,te dire que no deberias sentirte tan culpable de algo que tal vez no generás. La mirada de un cartonero se puede mantener si en nuestro corazon no hay discriminacion hacia alguien que la pasa peor que nosotros. No somos los culpables del destino del homeless, ni del hambre en algun pais sudafricano. Y si bien podemos hacer algunas pequeñas cosas para cambiar algo, la suma de esas pequeñas cosas es la que genera algun fruto. Vos podras lamentarte de vos misma,pero el solo hecho de saber que el hambre esta a cm de tu casa te vuelve sensible, no te condena. Los metodos personales para atacar esto no son muchos y todos son discutidos en su validez...que se puede hacer.?..pagarle un combo a un pobre que se acerca a nuestra mesa?. Te sentiras peor cuando como a mi, te digan, ...NO, quiero la plata...!
Ademas, yendo al contexto personal, no a la problematica de alejadas naciones, el pobre urbano, muchas veces...ha elegido serlo. Aqui en B.A. hay un plan de rescate de gente que vive en la calle, los buscan en una van, los invitan a ir a refugios calefaccionados, donde se bañaran y comeran, dejar la calle durante la noche. Al otro dia a las 8 am deben salir nuevamente. Si vieras los esfuerzos de las personans para hacer que suban a la Van...muchos no quieren ir, prefieren quedarse en la calle.
Tal vez para que no le roben las pocas cosas que tienen.
Otro dia la sigo. Hasta pronto.

TEA CUP CLUB said...

un blog muy interesante y bonito, te estaremos visitando por aca.

Cuando quieras una tacita de te, con carino te esperamos en este humilde rinconcito

Veronica

cuentistera said...

uy!...y parió katana...

Dana said...

Muy interesante, Katana, el post.
Y creo que esta vuelta te voy a linkear (como se dice en español??)yo para un post sobre el tema.
Hace varios años estuve en la India y eso me enseño a saber reaccionar ante la pobreza. Alli todo el mundo da algo; aun los mas pobres dan a los que menos tienen. Creo que el acto importante para nuestra alma es dar, sin importar el resultado; sin importar si estas ayudando a uno o salvando a cincuenta o si la persona lo agradece o no. Si alguien me pide y tengo algo de cambio suelto, se lo doy; no me importa que haga despues con el dinero, esa es decision suya, no mia. Si tengo tiempo para donar, hago tareas de voluntaria. Si estoy exhausta, me tomo un descanso. Siempre pienso que "algo es algo".

Besos

Niurka Dreke said...

Gracias chicos, he visitado los blogs de todos, gracias por los consejos, estos asuntos me duelen como un musculo cuando haces ejercicio, pero peor porque no pasa. pero gracias por los consejos, de alguna manera tenemos que aprender a lidiar con esto que quiza tambien sirve para tener los pies en la tierra y pisar fino porque es muy fina la linea que separa al que esta ahi, del que esta aqui en este mundo tan fluctuante, donde nadie tiene el exito comprado.

Dana, creo que se dice "referir".

Saludos a todos y abrazos.

Anonymous said...

no creo que necesites ser Angelina Jolie llendo al Africa para ayudar a nadie. Con solo no perjudicar a los demás uno ya algo hace... y si después les podes dar una mano, una ropa que no usas mas, una ayuda, mejor!