Saturday, August 2, 2008

Sin palabras

El otro dia escribi una carta con palabras audaces. Las palabras a veces son un asalto a mano armada, sobretodo si pretendes asaltar, irrumpir en el corazon de alguien, perforar hasta lo mas hondo de la conciencia de un hombre que se convirtió en el autor intelectual de tus fantasías. No se me ocurrio otra cosa para un artista, que otra cosa puedes hacer con alguien que trabaja con palabras que dejarlo sin palabras? Que otra cosa puedes hacer con un músico, poeta y loco?
Lo primero que hay que hacer es no poner los ojos en un artista. Nunca! Never! Pero si por alguna casualidad de esta azarosa vida los planetas se alinearon y no lo pudiste evitar, porque tu inconsciente te traiciona y tu consciente no te funciona, y encima no tienes 18 años, entonces cuelgue y llame al 911! Yo llamé al 911 pero no tenían opción para ese tipo de emergencias. Hice meditación, apliqué varias técnicas de relajación, invoqué a mis ancestros pero mis ancestros en estos casos suelen empujarme mucho más al desatino, y solo no intenté el suicidio porque no tengo los pantalones bien puestos, y porque no sabría qué hacer si después me arrepiento. Porque después de todo hay un después. En fín, que todos los caminos conducían a Roma. Escribi una carta y la coloqué en un sobre de manila de los medianos, de esos que parecen contener un resumé, una delaración de muerte o una declaración de guerra, hasta una declaración de principios, pero nunca una declaración de amor. Carta en mano me fui a donde siguiendo una lógica medio fallida podria encontrarme al destinatario, y con la ayuda de Dios y de todos los Santos lo encontré. El destinatario, en una de esas me miró, pero no me vio, hizo un pase de revista, como esos que hace uno a las revistas de cuatro con noventa y nueve en la cola del supermercado.

En el afán de entregarle la carta me puse a pensar de qué modo podría deslizarsela en el carro o dejársela caer en el mismisimo bolsillo de su pantalón. Mientras lo pensaba me miró otra vez, y me sonrió. Entonces pensé que seguramente me habia confundido con alguien. Estuve lenta de reflejos, pero decidí seguirlo hasta su casa, quiza podria echar la carta en su buzón. Cuando estaba ya en la esquina de mi casa pensé en la coincidencia de haber vivido tan cerca. El destinatario se bajó de su auto, abrió la puerta de mi casa, y se sentó en la silla de mi esposo que cuando pone un pie fuera de la casa se transforma, y visto con otros ojos es un perfecto desconocido que me deja sin palabras.

8 comments:

Unknown said...

Sin palabras...como nos has dejado a todos!!!

iolanda said...

Muy bueno el final. A veces sucede, los que nos son más próximos son nuestros más desconocidos.

Paula said...

Niurka tenes un gran talento para escribir. Felicitaciones.
Un beso

v@le said...

Nena, Borges temblaría de envidia con tu forma de escribir! Me encantó!!!

Niurka Dreke said...

Gracias chicas,pero V@le, no estaras exagerando un poco? Yo tengo mis dudas! ja, ja, ja///

Lalodelce said...

Genial.

Y aún mejor que un marido te tenga hipnotizada, porque después de tanta convivencia a veces ... mmmm no sep ... a mí no me funciona. Qué te digo la convivencia me mata la ilusión.

Pero el escrito me fascinó. Y qué le decías en la carta al artista este que además es tu media naranja, Kata?

Niurka Dreke said...

Buena pregunta Lalo, me has dado motivo para otro post. BESO.

Jess ʚïɞ said...

Siempre es un placer leerte! gracias.