Monday, July 7, 2008

A quemarropas

Estas palabras se escriben a quemarropas, es una historia con muchas curvas, que nos demuestra que las cosas son tan feas como parecen, que la vida nos depara cosas inesperadas, que van más allá de todo control, que lo único que podemos controlar es aquello que tecleamos en el ordenador, y a veces ni eso.

Dos veces me he descubierto esta mañana mirando la pantalla de mi celular, esa barrita donde salen los números de teléfono que uno mira antes de responder para saber a qué atenerse. Dos veces en este día, y son las once y cuarto de la mañana. Y esas son solo las veces que me he percatado, vaya Ud. a saber cuantas veces la he mirado sin darme cuenta. La miro sin que suene, para ver si Dios, el destino, la fe, las leyes de Murphy o el Universo, me han jugado una mala pasada y la llamada que hace tanto tiempo espero haya entrado en algún momento sin darme cuenta y se muestre como llamada perdida. A veces el teléfono se da un golpe dentro de la cartera, con el monedero, con la agenda, con la cajita de pañitos desechables, con la peineta, con el pomo de agua, o con cualquier otro objeto imprescindible pero innnecesario que siempre llevo conmigo, y se pone en modo silente, a veces he estado parada debajo de una nube que no me ha dejado ver el satélite en un dia nublado, y de repente, una sucesión de hechos inconexos y asimétricos se han confabulado y no han permitido que entre una llamada. Y no ha entrado la llamada. Pero esta vez no puedo darme el lujo de perderla. Si pierdo esta llamada estaría perdiendo el alivio que necesito para retomar el sueño, para aliviar mis dolores de estómago, la luz y la paz que necesitan mis dias. Si entra esta llamada, trataré de parar la vida por un instante, de sentarme en el piso y, de meterme en un hueco y hablar, por fin hablarte, con el último suspiro que me quede, con el último aliento, con mis gotas de sudor y con mi sangre y con mis dientes, si para ese entonces me queda alguno, trataré de decirte en cinco minutos, después de tantos malabares, después de tantas lunas y de tantas golondrinas, después de tanta espera, y de tantas idioteces, que te quiero.

7 comments:

almir said...

!!GENIAL!!

Unknown said...

Me encantó!!!!!!!!

m@rs said...

Muy lindo tu relato!

Dana said...

que angustia, Katana! llama, llama vos!! no esperes que te llamen para poder decir "te quiero"...

(PD: no importa si el relato es ficticio, yo me lo creo...)

Lalodelce said...

Y las esperadas a que llegue un anhelado e-mail. Ah, no, si no sabré yo lo que es esperar un e-mail o una llamada. Claro que como tu lo pones suena poético, si yo lo escribo sale algo así como
%$^#&**@%$^&&

Moni said...

Ahora queremos saber de quién es esa llamada que no llega y te hace escribir esto tan lindo!!!!!!

Gise said...

Hola, aquí estoy medio de casualidad... Va a cumplirse casi un año desde que apareciste dejando un comentario por mi humilde hogar.
Hoy con nostalgia leo aquel post, decido buscarte y te encuentro. Te encuentro con una historia que tanto me identificó!
Deberíamos dejar de dar vueltas y decir "te quiero"

Un abrazo.-