Monday, June 23, 2008

Buenos Aires

Buenos Aires supo ser una gran ciudad y se quedó con la costumbre, y nos dejó a todos, incluso a los que llegamos tarde con ese sabor de los cafés más elegantes, de los olores más sublimes en los momentos más tempranos.

Buenos Aires tiene un pedigree inalterable, ella camina inconsciente y sale invicta, solvente, ausente de los enojos y de los antojos, al margen de las contiendas, porque todo es corregible, transitorio, fluctuante, todo comienza en Buenos Aires.

Buenos Aires es una coartada perfecta, un crimen organizado, un divorcio, una rabieta, un secuestro voluntario. Y pensándolo bien, aún cuando se trata de su historia, Buenos Aires tiene tambien aires nuevos e inesperados, un dia nos levantamos con las vacas gordas y el otro con el dinero secuestrado. Entonces nos quedamos sin argumentos y ahí comprendemos que Buenos Aires no es un tango, es un bolero, no es una ola, es su espuma, es un segundo comienzo, es una segunda luna.

8 comments:

ALMA said...

Yo diría que Buenos Aires es una caja de sorpresas!!!!!


Que bueno que hayas vuelto a escribir!!!


Besos

Natiz said...

Katana!!! y si no viste las noticias ahora es un CAMPING entre carpas "K" y carpas "campo".............

Besos!

Unknown said...

Buenos Aires es una KARGADA!!!!!!

almir said...

Magnífica descripción de la ciudad. Es de las pocas ciudades que me hacen divagar entre la dicotomía. La amo y la odio al mismo tiempo.

Niurka Dreke said...

Divagar entre la dicotomia! Me encanto!!!
Todas tienen razon pero como no amar a Buenos Aires, con carpas y todo.

Moni said...

estás en BA?

Lalodelce said...

Pensé que lo que pegaré a continuación te gustaría...

Jorge Luis Borges
Fundación mítica de Buenos Aires


¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.

Pensando bien la cosa, supondremos que el río
era azulejo entonces como oriundo del cielo
con su estrellita roja para marcar el sitio
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.

Lo cierto es que mil hombres y otros mil arribaron
por un mar que tenía cinco lunas de anchura
y aún estaba poblado de sirenas y endriagos
y de piedras imanes que enloquecen la brújula.

Prendieron unos ranchos trémulos en la costa,
durmieron extrañados. Dicen que en el Riachuelo,
pero son embelecos fraguados en la Boca.
Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo.

Una manzana entera pero en mitá del campo
expuesta a las auroras y lluvias y suestadas.
La manzana pareja que persiste en mi barrio:
Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga.

Un almacén rosado como revés de naipe
brilló y en la trastienda conversaron un truco;
el almacén rosado floreció en un compadre,
ya patrón de la esquina, ya resentido y duro.

El primer organito salvaba el horizonte
con su achacoso porte, su habanera y su gringo.
El corralón seguro ya opinaba YRIGOYEN,
algún piano mandaba tangos de Saborido.

Una cigarrería sahumó como una rosa
el desierto. La tarde se había ahondado en ayeres,
los hombres compartieron un pasado ilusorio.
Sólo faltó una cosa: la vereda de enfrente.

A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo tan eterna como el agua y el aire.

Janice said...

This is awesomee